Cómo desactivar a un hombre bomba

«Esperar es más que un verbo para la gente de su pueblo. Los saharauis parecen estar condenados a esperar.»

Es difícil escribir una reseña sobre Cómo desactivar a un hombre bomba sin destacar esa frase. Y esta otra: «Y me doy cuenta de que esto no debería estar pasando, que un hombre bomba se desactiva mucho antes. Muy lejos de lo que está ocurriendo».

El sabor de la arena y de la sangre, el olor del mar. Los recuerdos infantiles de una jaima y de las explosiones, de un soldado con las botas muy negras. El desierto, el desierto, el desierto. Y la espera. Esa es la vida en un campamento de refugiados al sur de Tinduf; un lugar donde siempre huele a guerra y la nostalgia de la separación es silenciosa.

Azman vive allí, sin un destino. Quizás como el enfermero que quiere ser escritor y se lo encuentra. Y, con él, una historia digna de ser contada en una novela.

Aunque esta obrita que cabe en el bolsillo del abrigo no es una novela. Cada frase, breve cual un golpe, queda flotando como el sol sobre el Sáhara, como versos escapados de alguien que es testigo de la suerte (entiéndase en su cuarta acepción) de un pueblo abandonado y sin patria que muere cada día en una prisión al aire libre.

El narrador (o el poeta) viaja a los campos de refugiados como enfermero y constata, cada vez que lo hace, un cambio en su vida, mientras allí nada cambia, ni el viento ni la arena ni la piedra. Su voz se hace testigo, crónica, y cuenta la vida de un joven huérfano de padre y, con él, la de un pueblo condenado al nomadismo y al silencio, a mirar el horizonte sabiendo qué va a encontrar en él. Nada.

Con trazos breves y acertados, el uruguayo Joaquín DHoldan resume la biografía del joven Azman, su experiencia de «Vacaciones en paz» donde cree conocer la modernidad de Occidente. Cines, canchas de tenis, galletas de chocolate, pero también insultos y el perfume de Europa. El muchacho viaja a Cuba a estudiar, a jugar al béisbol, a sumergirse en su olor de naranjas, y allí se convierte en un hombre y se siente, de nuevo, «al otro lado de un muro». También en aquella isla sabe de la muerte de su padre (tres años después de que esta ocurra) y se asegura su lugar en el mundo: el exilio en su propia tierra.

El regreso al desierto lo sumerge en días iguales de calor, vigilancia y fusil, de noches sin luna donde proyectar fantasmas, de pasos sin huellas, de una invitación eterna a la desesperación y la locura.

Por eso debe actuar, formar una familia «como parte de la misión para demostrar la porfiada existencia del pueblo saharaui», seguir los pasos de su padre porque «Ser hijo de un mártir nos señala un destino». Por fin «Dios permitía que aquella espera dejara de serlo para convertirse en un camino, ondulado y lleno de arena, pero un camino».

Y se dedica a abrir ventanas, a ocupar el tiempo, organizando festivales, centros de enseñanza... y un plan cuyo objetivo solo era «impedir que el mundo olvidara. Mandar un mensaje».

Quizás esa sea la única misión de este libro, aunque el punto y final se vea tan lejos. Dar a conocer la historia de los hombres, de los que esperan y de los que actúan, de los que sufren y de los que trabajan, y también de los que, «expertos en dosis de pastillas para dormir», se sumergen «bajo el agua para escuchar el desierto».

Elena Marqués

Joaquín DHoldan (Montevideo, 1969)

Dentista de profesión, ha escrito libros de cuentos, novelas, libros ilustrados, científicos, obras de teatro, artículos, crónicas, columnas y microrrelatos en revistas de papel y digitales de varios países. Mantiene desde hace años el blog Las letras y los ojos y es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Andalucía), del Colegio de Dentistas de Sevilla, de la Asociación General de Autores del Uruguay y de la Asociación por la Equidad en la Salud.

Cómo desactivar a un hombre bomba

bonita reseña

Buenos días Elena, la verdad es que esta historia pinta muy bien. Si me animo a leerla ya te contaré. Besos

Bonita reseña

No te la pierdas, de verdad. Se lee con facilidad y dulzura. Y es pura poesía.

Nuevo comentario

Los libros que leo

El hoy es malo, pero el mañana es mío

Que el libro de Salvador Compán El hoy es malo, pero el mañana es mío empiece con dos citas, una de Antonio Machado, que precisamente contiene el nombre del volumen; y otra de César Vallejo, de España, aparta de mí este cáliz, no puede ser más significativo. Antonio Machado es el poeta homenajeado...
Leer más

Andar sin ruido

Soy una enamorada del cuento y del silencio, no sé si en ese orden, así que más tarde o más temprano tenía que leer este libro. El azar y septiembre se confabularon de tal forma que acabé en su primera presentación en Sevilla, con una librería Casa Tomada «tomada» por una multitud ávida de leer a...
Leer más

La huella de las ausencias. Un relato sobre Walada

«Recuerdo que los años después de tu muerte deseé en ocasiones la mía sólo para poder encontrarme contigo en el paraíso». Con estas palabras empieza la narración de Walada, y es mucho lo que en ese instante se abre ante nuestros ojos: además de la voz singular y poética de la instruida y orgullosa...
Leer más

Héroes rotos

Inauguramos la temporada de la Tertulia Gastro-Literaria El Caldero por todo lo alto, preguntándonos qué es un héroe (primera frase de la novela) y ansiosos por conocer el desarrollo de la particular liga de la justicia a la que nos enfrenta el escritor uruguayo Joaquín Dholdan. E imagino que,...
Leer más

Bajo tus pies la ciudad

Siempre he envidiado lo que se da en llamar «el mundo rural». Identificaba el paraíso perdido con esos espacios pequeños rodeados de cultivos y campos, con casas en lugar de edificios, donde podía uno vencer la pereza y salir a caminar acompañado únicamente del silencio para, debajo de un árbol,...
Leer más

Ninguna parte

Conocí al autor de Ninguna parte a través de otra poeta amiga, María José Collado, en La Isla de Siltolá, donde al autor presentó esta obra y Motivos personales, y, aunque era la primera vez que escuchaba a José Luis Morante (por supuesto, ya aprovechamos Lola Almeyda y yo para invitarlo a La...
Leer más

Había mucha neblina o humo o no sé qué

 Es difícil hacer una reseña de un libro complejo como este. Tan complejo como que el último capítulo ni siquiera podemos leerlo, pues está escrito en el lenguaje del bosque, la lengua de los mixes; un pueblo indígena que se asienta en el estado de Oaxaca y en la sierra norte de Guerrero; una...
Leer más

El día a día

Hay tiempos difíciles para vivir. O para sobrevivir. Las circunstancias se complican, todo lo que nos rodea se vuelve hostil, y ni siquiera la infancia se libra de ello. El día a día, quinta novela de la santanderina Eva Monzón, narra la historia de dos hermanos separados por esas circunstancias...
Leer más

La gran ola

«Esperaba el golpe. Lo había visto venir desde hacía semanas, como un guante gigante de boxeo avanzando por el horizonte al encuentro inexorable de su mejilla.»    Con estas palabras empieza La gran ola de Daniel Ruiz García (Premio Tusquets de Novela 2016), marcando el tono de lo que va...
Leer más

La danza de los espejos enfrentados

Pocas cosas hay tan antiguas como intentar ahogar las penas en un vaso de güisqui, pocas tan habituales como refugiarse entre las paredes de un bar y trabar con sus habitantes esa relación de intimidad apropiada para la confesión de cuitas y el encuentro con uno mismo. Aunque el Drop que traza...
Leer más