Antropoceno
Es obvio que en ocasiones autor y obra se funden como una sola cosa. Este es el caso del primer libro de Antonio Aguilera, quien, preocupado por el futuro de nuestra Madre Tierra y el maltrato a la que la sometemos; y confiando siempre en el compromiso y la fuerza de la palabra, se ha decidido a regalarnos Antropoceno, título que adelanta mucho de su contenido, de su modernidad y su función.
Constituido por 38 textos de muy diversa factura, desde la ficción distópica al relato humorístico, el autor, y nosotros con él, reflexiona sobre el papel del hombre en la naturaleza más allá de transformarla a su antojo para «mejor vivir». Y a ello nos invita desde el preámbulo con voz de apariencia neutral: a fijar los ojos en las consecuencias de actos irresponsables que solo responden a los dictados de la economía, «al vellocino del dinero», desde los vertidos al cambio climático, desde la deforestación al urbanismo desmedido, desde el miedo a la soledad, con el encumbramiento de nuevos dioses o, más bien, la autoproclamación del hombre como tal, la pérdida de valores que hacen sentir la lejanía de la solución, la distancia que nos impide reconocer nuestra propia patria. Y, por qué no, la urgencia por ponernos en marcha.
Y ¿a qué herramientas recurre para contarnos todo esto? Pues a la tradicional de los cuentos infantiles de asustarnos diciéndonos «que viene el coco» o el apocalipsis; a una distopía que, desgraciadamente, no es irreal, y que nos habla en nuestro propio idioma transformando tal amenaza ficticia en, por ejemplo, la más real de la lluvia ácida. Así, se apoya en organismos oficiales, centros de investigación, noticias catastrofistas aparecidas en los medios, evidencias como la desaparición de ciertas especies, tecnicismos científicos, para construir unas tramas con innegables visos de realidad.
Por ello sus relatos gozan de la verosimilitud de la verdad: la que aporta quien cree en lo que cuenta, quien conoce al hombre en sus facetas destructivas pero, aun así, conserva la fe. Además, nos mantiene atentos a las palabras de sus protagonistas a través de vívidos diálogos en los que es capaz de cambiar de registro, insertar referencias literarias que no pueden ser sino kafkianas, así como ofrecernos la escena a nuestros ojos como si estuviéramos presentes, apenas separados de sus protagonistas por una mampara de seguridad o asistiendo al pase de una cinta en una pantalla de cine; y se asegura de que nos entusiasmemos con ellos, con el hallazgo de «dos reclutas en Brandenton» o la mera sorpresa final de un relato cualquiera. La narración de anécdotas como las vividas en el seno de un restaurante, con su punto de amor, de locura y de juego de azar al más puro estilo cortazariano y el bienintencionado objetivo de la felicidad; el uso de la primera persona en algunos de ellos, así como el hecho de que determinados relatos sean contados desde distintos puntos de vista, favorece también la sensación de cercanía y autenticidad sin hacernos dudar de un más que probable, y en este caso deseable, subjetivismo; un subjetivismo que, ya cosifica a los componentes de una geocamarilla, ya los convierte en púgiles en un cuadrilátero en un claro tono burlesco que termina más bien siendo dramático.
Porque nadie puede permanecer ajeno a lo que cuenta si de ello, como en el mejor de los relatos fantásticos, depende nuestro futuro, y el autor de estas páginas, aun sin dejarse ver, se manifiesta en cada investigador que se plantea su papel en el mundo y en cada niño extrañado ante el color de su piel.
Con Antropoceno, pues, un libro moderno en sus temas y planteamientos pero clásico en su formatos, donde priman la comunicación y la claridad sobre cualquier elaboración que las entorpezca, Antonio Aguilera Nieves ha querido sumarse, a través del ecologismo y la comunicación, de conceptos como sostenibilidad y gobernanza, a esas «moscas cojoneras que hicieron de Pepito Grillo» para hacernos conscientes de ciertos riesgos del progreso y evitar el fin del mundo. A sus lectores corresponde ahora dar el siguiente paso.
Elena Marqués
Antonio Aguilera Nieves (Isla Cristina, 1971) es economista y máster en Recursos Humanos y EMBA. Docente en escuelas de negocios y universidades, actualmente es secretario de la Fundación Savia por el compromiso y los valores. Ha publicado numerosos artículos de opinión y relatos. Mantiene la web www.picoaviento.org. Antropoceno es su primer libro de ficción.