La escuela de la mirada

Entregado el último trabajo del máster, puedo entregarme, por fin, a algo parecido a unas vacaciones. Aún me queda esperar las observaciones de mi tutora sobre el TFM, incorporar correcciones, preparar su defensa… Pero puedo decir que he disfrutado mucho de todo el proceso, y en especial de la última asignatura, precisamente «La escuela de la mirada: cine y literatura», como reza este título. Bueno, miento: no puedo olvidar el recorrido por la narrativa del boom, la lectura (ya lo comenté, creo, en otra ocasión) de El arpa y la sombra de Carpentier…

Sin embargo, estudiar la adaptación cinematográfica de una obra literaria te hace descubrir que, en efecto, a veces una imagen vale más que mil palabras, y que la poesía no es solo una sucesión de versos, sino también, en ocasiones, de fotogramas exquisitos que surgen desde la oscuridad como un pequeño milagro o una gran revelación.

La historia de El Sur, narrada por García Morales, se convierte en una historia distinta en el filme de Víctor Erice; y he de reconocer, aunque me lluevan críticas, que he disfrutado más de esta segunda. Y eso que es una película inacabada, con la que su director no podía sentirse satisfecho. Pero yo confieso que me gustan los finales ambiguos, y con el material filmado consiguió el director dejarle una puerta abierta a la Estrella adolescente, mayor libertad para hacer sus propios descubrimientos, para reconciliarse, o no, con su padre. E incluso una mayor esperanza que sacuda el tono sombrío del relato literario, tan crudo, con personajes tan ásperos que crean atmósferas absolutamente irrespirables.

Parece que no, pero, a pesar de la tenue iluminación de la casa, el frío que preside esa ciudad rodeada de murallas en la que vive su exilio interior la familia Arenas, la veleta-gaviota varada en un tiempo detenido, que el Sur no se haga presente, que solo se mantenga en la ensoñación de las postales que mira Estrella junto a la ventana y el jardín invernal, es todo un acierto. Ese Sur mítico resulta mucho más sugerente que aquel al que llega Adriana en el libro; y la construcción de la película, perfectamente estudiada en cada plano, como si fueran cuadros manieristas, un goce para los sentidos en el que cada elemento (el péndulo y su magia, el camino bordeado de árboles, la frontera transparente del cristal y de la pantalla del cine Arcadia) cobra un sentido simbólico.

A ello se añade la increíble actuación de Omero Antonutti, en especial en la escena que reproduce la última conversación con su hija. En su rostro se leen, alternativamente, la gran tristeza de un amor perdido, la intranquilidad ante las preguntas de la niña, la añoranza de su desaparecida unión, tan especial años antes, la soledad indescriptible en que se sume tras su marcha. E inolvidable es también la interpretación de la añorada Rafaela Aparicio, toda luz del Sur, toda amor y ternura, que emociona al espectador con su sola emoción en la escena de la primera comunión de su Estrellita.

En fin, que, después de esto, me han quedado las ganas de estudiar Cine. No para hacer películas, vágame el cielo; que, si ya cuesta publicar un libro, a ver quién encuentra alguien que produzca historias, especialmente si no sale Thor martillo en mano. Pero tener acceso a más herramientas para aprovechar cada filme, conocer la gramática del lenguaje audiovisual y crear, de ese modo, criterio para distinguir y disfrutar las obras del séptimo arte es realmente atrayente.

Yo, la verdad, no lo descarto; que, aunque no soy Thor, tengo mis propios superpoderes: un entusiasmo poco común y una capacidad de trabajo que cada vez intento invertir mejor, que la vida es muy corta y no es cuestión de perderla en tonterías.

Elena Marqués

 

 

La escuela de la mirada

cialis directions

<a href=https://vslevitrav.com/>filitra vardenafil tablets[/url]

cialis samples free

[url=https://vskamagrav.com/]kamagra eu[/url]

purchase cialis in british columbia unpanna

Cabergoline Reargermum [url=https://bansocialism.com/]where to buy cialis cheap[/url] preonsispome Azithromycin Vs Amoxicillin

Nuevo comentario

Los libros que leo

Jarampa

Elegir un buen título no solo es un arte, sino un acto definitivo y difícil que, como los nombres para las personas, parece marcar un destino. En el caso de un libro de relatos la cosa se complica. Por eso, imagino, abundan esos que se limitan a escoger el de uno de ellos acompañado del consabido...
Leer más

La noche que Luis nos hizo hombres

Se atribuye a Eleanor Roosevelt la famosa frase de «el ayer es historia, el mañana es un misterio, el hoy es un regalo. Por eso se llama presente». Yo confieso que la escuché en la primera parte de la película infantil Kung Fu Panda, en boca del anciano maestro Oogway, famoso por su sabiduría, como...
Leer más

La nostalgia de la Mujer Anfibio

Que Galicia tiene magia es un hecho, una realidad. Si es que magia y realidad pueden conjugarse en una misma oración sin que despierte extrañeza. Aún recuerdo una ruta hace años, a través de las fragas del Eume, hasta Caaveiro. Las vistas desde un puente desde el que se entreveía el monasterio. Y...
Leer más

Canto a quien

Nadie sabe qué es la hierba, Iván. No hace falta que nos lo recuerdes con una cita de Whitman, de quién si no, para anunciar este último libro que es tan tuyo como del americano de las barbas largas y el canto enfervorizado y anchísimo. La hierba, sí. La hierba. Los científicos dirán lo que crean...
Leer más

Algunos animales y un árbol

Bajo la denominación Algunos animales y un árbol podría caber cualquier contenido, especialmente de corte ecológico. Aunque a mí, bromas del subconsciente, este título me ha recordado a otro por igual curioso y que dio mucho que hablar: el del documental de 2017, grabado por el actor español...
Leer más

En el iris el tiempo

No vamos a quejarnos de los últimos años porque todos tenemos motivos para hacerlo. La vida se nos ha puesto patas arriba, irreconocible. Y nosotros mismos hemos cambiado. No solo en costumbres, sino también en carácter. Una de las consecuencias de este desbarajuste, tanto colectivo como...
Leer más

En el río trenzado

Pasamos la vida salvando encrucijadas y planteándonos si habremos acertado en la elección. Dos conjunciones juntas, la copulativa «y» y la condicional «si», que, bajo ese aspecto insignificante, entrañan un gran peligro. Yo misma (pero quién no, diréis) incluí una reflexión acerca de eso en mi...
Leer más

Beernes

En estos tiempos crispados, en que te cruzas con alguien y te saluda directamente con un «pues anda que tú», se hace más necesario que nunca reivindicar el humor. Por eso me declaro hater de aquel fraile de El nombre de la rosa partidario de envenenar a todo el que osara leer el libro de...
Leer más

Todo lo que crece. Naturaleza y escritura

No recuerdo cuándo, ni dónde, aunque sospecho que fue en una de esas entradas facebookianas con las que de vez en cuando me entretengo, leí un acertado comentario sobre el arte de escribir contracubiertas y solapas, entendiendo en este caso el término «arte» en la cuarta acepción del diccionario,...
Leer más

El sintonizador

Ayer, cuando andaba planificando mi entrada de hoy, me enviaron vía WhatsApp un vídeo de lo más inquietante. Un tipo con barbas y excelente dicción explicaba las infinitas posibilidades de la inteligencia artificial. Y lo hacía a través de un ejemplo en el que prestaba su voz a un avatar con su...
Leer más