Lloverá sobre tu nombre

Tengo entre las manos un libro de poemas. Al abrirlo, encuentro una voz familiar que no piensa enmudecer así caiga el diluvio. El agua que de él dimana, hecha orbayo, calabobos o galerna (así van aumentando sus versos en belleza e intensidad), es una lluvia que riega plazas donde alguna vez (aún hoy) ella fue niña. Y es ese mundo único el que recoge en pequeñas composiciones que se deslizan con sencillez y fuerza, el que dibuja con los mismos dedos manchados de albero con que lee a los clásicos. Por su forma de nombrar a estos, de recrearlos a su modo, de rendirles continuos homenajes, sabemos que la Literatura vive en ella de igual manera que adora meterse en los charcos. Porque también lo que le duele aparece en sus páginas vadeando una geografía urbana que nos conduce desde el Barrio Latino que habitara don Julio a los espacios imaginarios que gobernó el escudero.

Admiro de Anabel Caride su capacidad de contarnos de un modo tan directo lo que ve y lo que siente, la forma en que nos persuade para deambular con ella a través de esa lluvia bendita. Porque, si bien es verdad que, como observa Manuel Machuca en el prólogo, desde el título la autora ha querido implicarnos, también «nos hermana sin saberlo» al hablarnos de todo lo que nos ocurre día a día. Como el amor, con su innata capacidad de parar el tiempo, de resistir a los maremotos, de hacer temer a la misma lluvia, de invitarnos a «dar cuatro vueltas al mundo / sin salir del cochón». Como el lenguaje, que allana y moderniza para hacerlo acogedor sin restarle un ápice de lirismo; que inventa «carente de gramáticas» «para sentirnos vivos»; que utiliza también para la crítica, para la denuncia, no solo esbozando grafitis en las paredes del ayuntamiento, sino señalándonos como convidados de piedra en el «teatro de las urnas sin rostro». Como el mismo viaje que es la vida, un vagón de tren donde es posible el encuentro. Y, en su caso, y quizás en el de esos lectores que hemos acudido a compartir lo que esta «ciudadana del verso» nos concede, como la poesía, capaz de devolver las alas a los aguiluchos y los buitres y llevarnos a nosotros «al país de la infancia, siempre tan necesario».

Casi a punto de terminar el recorrido por Lloverá sobre tu nombre no quiero soslayar esa forma tan propia de esgrimir la ironía y de encontrar metáforas tal que si las trajera la galerna, así como las frescas enumeraciones henchidas de ritmo de esa joven nigromante que sabe «que quien resiste gana». Porque resistir, como las lavadoras o el séptimo de caballería, a base de esbozar versos y cazar gallifantes, es su modo de estar en el mundo.

En estos días en que «la poesía mantiene su mala salud de hierro» (Carlos Zanón dixit), esta de Anabel Caride no ceja en su empeño de manifestarse, y sin mucho miramiento nos toma el pulso, nos invita a olvidar «ex profeso el día de la vacuna» y a seguir teniendo fe en los Reyes Magos. Imposible no disfrutarla.

Elena Marqués

Anabel Caride (Sevilla, 1972), filóloga, profesora de instituto y copresentadora del programa radiofónico cultural La Inopia, es autora de los libros de poemas Nanas para hombres grises, Tinta en el almanaque, Allanamiento de morada y Lloverá sobre tu nombre. Además de colaborar en distintas revistas, ha sido finalista del X Premio de Narrativa Miguel Cabrera, jurado de diversos premios literarios; y figura en antologías como Los vicios solitarios, Poesía viva de Andalucía, Poetas en el camino, Femigrama, Poetas para el siglo XXI o Poetas andaluces contemporáneos..

 

 

Lloverá sobre tu nombre

No se encontraron comentarios.

Nuevo comentario

Los libros que leo

Jarampa

Elegir un buen título no solo es un arte, sino un acto definitivo y difícil que, como los nombres para las personas, parece marcar un destino. En el caso de un libro de relatos la cosa se complica. Por eso, imagino, abundan esos que se limitan a escoger el de uno de ellos acompañado del consabido...
Leer más

La noche que Luis nos hizo hombres

Se atribuye a Eleanor Roosevelt la famosa frase de «el ayer es historia, el mañana es un misterio, el hoy es un regalo. Por eso se llama presente». Yo confieso que la escuché en la primera parte de la película infantil Kung Fu Panda, en boca del anciano maestro Oogway, famoso por su sabiduría, como...
Leer más

La nostalgia de la Mujer Anfibio

Que Galicia tiene magia es un hecho, una realidad. Si es que magia y realidad pueden conjugarse en una misma oración sin que despierte extrañeza. Aún recuerdo una ruta hace años, a través de las fragas del Eume, hasta Caaveiro. Las vistas desde un puente desde el que se entreveía el monasterio. Y...
Leer más

Canto a quien

Nadie sabe qué es la hierba, Iván. No hace falta que nos lo recuerdes con una cita de Whitman, de quién si no, para anunciar este último libro que es tan tuyo como del americano de las barbas largas y el canto enfervorizado y anchísimo. La hierba, sí. La hierba. Los científicos dirán lo que crean...
Leer más

Algunos animales y un árbol

Bajo la denominación Algunos animales y un árbol podría caber cualquier contenido, especialmente de corte ecológico. Aunque a mí, bromas del subconsciente, este título me ha recordado a otro por igual curioso y que dio mucho que hablar: el del documental de 2017, grabado por el actor español...
Leer más

En el iris el tiempo

No vamos a quejarnos de los últimos años porque todos tenemos motivos para hacerlo. La vida se nos ha puesto patas arriba, irreconocible. Y nosotros mismos hemos cambiado. No solo en costumbres, sino también en carácter. Una de las consecuencias de este desbarajuste, tanto colectivo como...
Leer más

En el río trenzado

Pasamos la vida salvando encrucijadas y planteándonos si habremos acertado en la elección. Dos conjunciones juntas, la copulativa «y» y la condicional «si», que, bajo ese aspecto insignificante, entrañan un gran peligro. Yo misma (pero quién no, diréis) incluí una reflexión acerca de eso en mi...
Leer más

Beernes

En estos tiempos crispados, en que te cruzas con alguien y te saluda directamente con un «pues anda que tú», se hace más necesario que nunca reivindicar el humor. Por eso me declaro hater de aquel fraile de El nombre de la rosa partidario de envenenar a todo el que osara leer el libro de...
Leer más

Todo lo que crece. Naturaleza y escritura

No recuerdo cuándo, ni dónde, aunque sospecho que fue en una de esas entradas facebookianas con las que de vez en cuando me entretengo, leí un acertado comentario sobre el arte de escribir contracubiertas y solapas, entendiendo en este caso el término «arte» en la cuarta acepción del diccionario,...
Leer más

El sintonizador

Ayer, cuando andaba planificando mi entrada de hoy, me enviaron vía WhatsApp un vídeo de lo más inquietante. Un tipo con barbas y excelente dicción explicaba las infinitas posibilidades de la inteligencia artificial. Y lo hacía a través de un ejemplo en el que prestaba su voz a un avatar con su...
Leer más