Presentación de "El libro de las emociones", de Lola Almeida
Hace una semana (o dos: ya ni me acuerdo), fui al cine por primera vez tras el parón obligado por la pandemia. Bueno, no, miento. Antes de eso, allá por junio de 2020, acudí con mi familia a las salas del Nervión Plaza a ver dos reposiciones (concretamente 2001: Una odisea del espacio y Blade Runner) a unas horas intempestivas para no encontrarnos con mucho público; y, algo más adelante, mi hija pequeña y yo nos atrevimos a enfrentarnos a Tenet y, en consecuencia, se nos quitaron un poco las ganas de vivir, aunque poco a poco las vamos recuperando. De todo se sale.
En aquellos tiempos aún había aforos limitados y también muchísimo miedo. No quiero decir que el otro día, aguantando las caiditas de James Bond, no pensara «Dios mío, cuántos estamos aquí, tan apretaditos, respirando el mismo aire durante ¡dos horas y cuarenta y tres minutos interminables!», pero ya nos vamos relajando. Porque la vida sigue, y hay que afrontarla con responsabilidad, por supuesto, pero también con un poquito de alegría, que ahora más que nunca somos conscientes de que no somos eternos.
Con esto quiero decir que una servidora, con casi el mismo miedo que vergüenza, también vuelve al ruedo de los actos literarios, tertulias (ya tuvimos nuestro primer encuentro con Eduardo Jordá y su biografía sobre Ajmátova), clubes de lectura y presentaciones de libros; a algunas de ellas había asistido ya como espectadora, y ahora he sido amablemente invitada a participar en el eterno espacio de La Carbonería en la puesta de largo del último libro de Lola Almeida. Como comprenderéis, no me he podido negar, así que allí estaré y allí os espero a todos. Yo, por mi parte, intentaré hacer un buen papel. Estoy desentrenada, claro, hace siglos que no hablo en público; pero creo que lo que yo diga o deje de decir carece de importancia.
Solo os adelanto que hablaremos de emociones, de creación, de miradas y de vida. Creo que solo por eso merecerá la pena.
Nos vemos.
Elena Marqués
