Mi Feria del Libro (I)

Un año más nos preparamos a vivir con intensidad (para «los intensos» no hay otra forma) la Feria del Libro de Sevilla. En esta ocasión participo de maneras muy distintas, y a todas las actividades os pienso invitar. Creo que nunca soy excesivamente pesada en esto de publicitar mis actos literarios. Me da algo de reparo. Aparte de que se me da mal, como tantas otras cosas en las que nunca destacaré (léase cualquier disciplina deportiva y todo lo relacionado con las artes culinarias, más aguantar estoicamente en una discoteca sin que se me note el pavor, por poner varios ejemplos). Aunque después me encanta verme rodeada de amigos (pocas veces de desconocidos, pero en alguna ocasión se produce el milagro) que siguen mis novelas, mis relatos, mis intentos desesperados de construir un poema medio qué, y que encima lo disfrutan.

Tengo que agradecer, ya puestos, la cantidad de gente estupenda con la que me he topado desde que comencé esta andadura, y ese es uno de los motivos por los que me veo «envuelta» en presentaciones y recitales, en ondas radiofónicas, en libros que no hubiera conocido si no hubiera sido por ellos. Es como para sentirse muy feliz, aunar amistad y literatura, dos de los mejores inventos del hombre, dos elementos tan parecidos y a la vez tan dispares, pues, así como la amistad ha de ser verdadera, la literatura, la mayoría de las veces, no lo es, aunque nos la creamos a pie juntillas o nos conmine a buscarla y a veces, incluso, estemos casi convencidos de haberla encontrado. Quién sabe. A lo mejor lo suyo es no concederle ninguna utilidad a la literatura y ahí precisamente resida su encanto. (Y su utilidad).

Pero a lo que iba. El jueves empieza en Sevilla la Feria del Libro, y Lola Almeyda y yo lo celebraremos en La Inopia de Radiópolis (92.3 FM) entrevistando a Fran Nuño, que será precisamente uno de los premiados en los actos de la feria por su papel como dinamizador cultural y librero, por contagiar a los pequeños el amor por la literatura y extenderla más allá de nuestras fronteras. Será como siempre a las 21:00 horas, y ahí os quiero ver a todos escuchando lo que nos tenga que contar junto a nuestro otro invitado, el novelista José Domingo Mora Mora, autor de La espiral del caos, que ya va por su segunda edición en Arma poética y que firmará en la caseta número 13 el día 6 a las 18:00, donde, por cierto, estará sentado a mi lado (yo al menos intentaré pillar una sillita) por si alguien aún no tiene mi Año sabático y se lo quiere llevar dedicado, que ya estáis tardando, como se dice por ahí.

Y advierto que lo de estar sentada es casi una obligación que me impongo, pues ese día celebraré una pequeña yincana y, después de estampar mi última firma (no lo dejéis para muy tarde), me trasladaré a la sala Apeadero, en la plaza de San Francisco, para acompañar a alguien que escribe tan maravillosamente bien que sugiero que lo tengáis como uno de vuestros maestros. Me refiero a José de María Romero Barea, quien completa el ciclo de Interrupciones con estas Calcomanías que, más allá del maravilloso juego formal y metaliterario con que siempre este autor nos regala, juego que nos dificulta calificar su obra en un género (aunque qué necesidad hay para tantas etiquetas si hasta el mismo autor «se ríe» a su manera de la estanqueidad de las categorías), más allá de la ruptura de la construcción novelística y la fragmentación de lo real que imponen la postmodernidad y la velocidad del nuestros días, nos sumerge en un mundo de artistas que atacarán todos nuestros sentidos y dejarán su rastro como las calcomanías dejaban sus huellas en el dorso de nuestras manos infantiles.

Y, no contenta con eso, después actuaré también de maestra de ceremonias de Reyes García-Doncel y su Ulises con alma ajena, una novela profundamente humana dedicada a todos esos jóvenes que marchan en busca de trabajo, que sienten el frío del desarraigo, la sorpresa de lo distinto, la dureza de las condiciones de la soledad en compañía, lejos de la familia y la calidez de lo propio.

Por supuesto, hay muchas otras actividades, pero a esas es a las que os ruego encarecidamente acudáis, más que nada porque por todas rondaré yo. Y estad atentos a las de la semana siguiente, en la que, ya os adelanto, habrá más sorpresas…

Elena Marqués

Mi Feria del Libro (I)

No se encontraron comentarios.

Nuevo comentario

Los libros que leo

Eterno amor

Que el manejo de la brevedad es un don lo estoy comprobando en estos días. Y que la concentración poética solo puede ser beneficiosa para un texto como este. Es admirable la forma de encerrar, en unos pocos términos bien elegidos, todo un universo; de describir, por ejemplo, con cuatro pinceladas...
Leer más

"Al final del miedo", de Cecilia Eudave, o cómo sortear el vacío

Hace poco, en una charla con cuentistas de la talla de Andrés Neuman, Antonio Ortuño, Eloy Tizón y José Ovejero, alguno de los asistentes se interesó por la fórmula para trabajar un libro de relatos, si estos podían ser independientes o era recomendable (aunque nunca hay reglas, eso está claro)...
Leer más

Salir, salir, salir...

Soy especialista en tristezas. En ocultarlas. En intentar sortearlas. Como buena (o mala) parte de la humanidad, he tomado Prozac. Me he sentido sobrepasada por las circunstancias. Con absolutas ganas de morirme. Pero posiblemente, aunque lo hubiera intentado, no habría sido capaz de escribir un...
Leer más

Contra la España vacía (que no contra España)

«Entiendo mis libros como parte de un esfuerzo centenario por explicar el país en el que vivo», comenta Del Molino en su introducción a Contra la España vacía. Muchas vidas le harían falta al escritor y periodista aragonés para poner algo en claro. Aunque pienso que en este último ensayo disipa...
Leer más

Aunque pensemos como Celaya

La entrada en un nuevo año siempre resulta ilusionante. No pregunten por qué, pero tendemos a celebrar un simple giro en el calendario como si fuera a traer la solución definitiva a nuestros asuntos. (Léase al respecto el primer poema de este libro que pretendo reseñar). Pero en esta ocasión el...
Leer más

¿Por qué no te callas?

En un mundo lleno de ruido, bien nos viene que alguien, de vez en cuando, nos haga callar. Porque posiblemente muchos de nosotros, pseudoescritores, pseudopoetas, casi pseudópodos en muchos aspectos por eso de arrastrarnos para que nos echen cuenta, somos los que más sobramos en esto de escribir y...
Leer más

Canción. Noticia de un secuestro (y II)

Conocí a Eduardo Halfon a través de su libro de relatos El boxeador polaco y la recomendación de mi amigo Carlos Torrero. Andábamos (o todo lo contrario) confinados por la pandemia y su lectura me permitió viajar entre Belgrado y la música de Milan Ravic, entre el Halfon escritor y el Eduardo...
Leer más

Dicen los síntomas o la corporeidad del lenguaje

A los hipocondriacos cada síntoma debe presentárseles como una verdadera maldición. Para ellos, cualquier tipo de señal del cuerpo, más que decir, más que hablar, les grita cosas terribles, los aproxima irremediablemente a la muerte. Y a la muerte en una habitación de hospital espera la...
Leer más

Nunca sabrás quién fui. Jugando al quién es quién

Quienes me conocen, si es posible conocer a alguien de verdad (y ahí lo dejo), saben de mi afición por los malabares literarios, mi inclinación por lo metaficticio y lo autorreferencial, por los límites y cómo traspasarlos. Porque, como muchos, estoy convencida de que nuestra vida, también la de...
Leer más

Lanzarse a «El agua del buitre»

Como muchos de los que braceamos desde hace años en este piélago de la escritura sin demasiado éxito, me considero un ejemplo de buena perdedora. Así que el hecho de que El agua del buitre, el último libro de cuentos de Andrés Ortiz Tafur, vaya dedicado en cuerpo y alma «A los que...
Leer más